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Enfermedades del aparato urogenital en perros y gatos

Enfermedades del aparato urogenital en perros y gatos
Enfermedades del aparato urogenital en perros y gatos

Diagnóstico enfermedades del aparato urogenital en perros y gatos

Para el diagnóstico de patologías o enfermedades del aparato urogenital en perros y gatos se suelen seguir las siguientes pautas:
– Exploración de mucosas: genitales.

– Radiografía simple y de contraste.

– Análisis de sangre para buscar desechos urinarios (urea o creatinina).

– Análisis de orina.

– Ecografía.

Riñón

Entre las enfermedades presentes en perros y gatos destacan:

Insuficiencia renal

Es una incapacidad de los riñones del animal para realizar sus funciones básicas, acumulándose así sustancias de desecho en la sangre, es decir, de creatinina y urea (azoemia). Se diagnostica la enfermedad cuando existe una pérdida de funciones superior al 75%.

Los síntomas de esta patologías son alteraciones de la micción, anorexia, ulceras y gastritis, vómitos, diarrea y finalmente la muerte, pues no suele tener cura a no ser que se implante un riñón, hasta la fecha solo se hace de modo experimental.

– Insuficiencia renal aguda (IRA): Se prolonga poco en el tiempo y puede ser reversible. Si se llega a mantener, podría desembocar en una insuficiencia crónica. Se distinguen:

●  Prerrenal: Antes de llegar al riñón, es decir, la sangre contaminada no puede llegar al riñón por algún motivo, como hipotensión.

●  Renal: Daño en los riñones por agentes químicos, fármacos o infecciones (como leptospira o leishmania en perros).

●  Postrrenal: Problema en los conductos que salen del riñón o en la vejiga debido a obstrucciones por cálculos, infecciones, etc.

Se observa los síntomas de una insuficiencia renal y una oliguria o anuria, es decir, ausencia de orina, respectivamente. Generalmente el veterinario realiza un tratamiento con fluidoterapia, con posterioridad indaga sobre la causa u origen de esta patología.

– Insuficiencia renal crónica (IRC): Es muy común en gatos viejos y sigue un curso lento y progresivo, además irreversible. Los riñones pierden funcionalidad (fallo renal) y dejan pasar mucha agua dando como síntomas, añadido a los comunes, poliuria (mucha orina) y polidipsia (bebe agua en exceso), sin embargo no se presenta azoemia, porque sí que se secretan tóxicos.

Al dejar de funcionar, los riñones tampoco sintetizan eritropoyetina, una hormona que favorece la formación de nuevas células sanguíneas provocando anemias y también dejan escapar proteínas, originando hipoproteinemia en sangre.

Se trata con fluidoterapia para recuperar el agua perdida y una alimentación prescrita por el veterinario para no hacer trabajar en exceso los riñones; además, se pueden tratar los síntomas complementarios como la anemia.

Enfermedad poliquística renal (PKD)

El PKD una enfermedad hereditaria muy común en gatos persas, exóticos y ciertos cruces. Esta enfermedad aparece en animales muy ancianos. Se forman quistes en la corteza renal que se llenan de orina y dejan de ser funcionales.

Tracto urinario

FLUTD o síndrome urinario felino

No es una enfermedad genética y es frecuente sobre todo en gatos macho castrados. Cursa con un estrechamiento del final de la uretra debido a infecciones, estrés, cálculos, etc. Lo que se observa es que el animal no micciona demasiado, aunque acude a la caja de arena constantemente, termina derivando en un IRA. Se observa síntomas de dolor, sangre, se suelen lamer demasiado y desarrollan un shock.

El tratamiento consiste en la introducción de un catéter con una solución salina atemperada, para que lo que esté obstruyendo el conducto pueda viajar hacia la vejiga. En casos más graves el veterinario procede a una uretrostomia o feminización, eliminando parte del pene y por tanto, la parte del canal uretral estrechado.

Urolitiasis y cristaluria

Cálculos en vías urinarias por un acúmulo de cristales (cristaluria) que se aglomeran formando cálculos (urolitiasis). Los cristales pueden estar formados por:

  • Estruvita: se origina con pH alcalino y tiene una forma de ataúd.
  • Oxalato cálcico: Se origina con pH ácido aplanados y con forma de aspa.

Irritan la mucosa causando obstrucciones, dependiendo del tamaño y del tipo.

Próstata

– Hiperplasia prostática benigna (HPB): común en animales viejos no castrados, en los que se produce un aumento excesivo de la próstata que puede constreñir otras estructuras cercanas.

– Prostatitis: Aumento de la próstata como consecuencia de una infección.

– Quistes (pues la próstata es una glándula) y tumores.

Testículos

Neoplasias, dependen de donde se presenten, pueden dar lugar a distintos síntomas y complicaciones. Si se originan en las células de Sertolli (recordemos que están embebidas en la mucosa de los tubos seminíferos), se produce una secreción masiva de estrógenos que conducen a una feminización del animal. Los testículos que más tienden a tumorizar son aquellos que no descienden a la bolsa escrotal , ya que la temperatura interna hace que trabajen en exceso.

– Orquitis: Inflamación de los testículos por traumatismo o patógenos.

– Criptorquidia: es una enfermedad genética (se produce en el ADN), congénita (Se origina durante el desarrollo fetal y el animal nace con ello) y hereditaria (se transmite a la descendencia). El animal afectado puede presentar:

– Anorquidia: Carencia de testículos.

– Monorquidia: Existencia de un solo testículo o simplemente uno descendido.

– Criptorquidia: Existen dos testículos, pero ninguno desciende a la bolsa escrotal. En este caso es imprescindible castrar al animal, pues los testículos internos tienden a tumorizarse, además el veterinario no aconseja la reproducción en caso de ser fértil, pues es hereditario. Si los testículos se encuentran en la zona inguinal, se pueden tratar de bajar mediante hormonación, pero no siempre se consigue.

Pene y vagina

– Vaginitis: Infección frecuente de la vagina que suele desaparecer después del primer celo.

– Prolapso vaginal: Aumento exagerado del tamaño de la vulva, consecuencia de un aumento de estrógenos por tumor en los folículos. Provoca que la vagina y la vulva aumenten su tamaño, salgan al exterior y que se necrosen.

– Tumor venéreo transmisible o tumor de stocker: se transmite vía sexual y responde muy bien a la quimioterapia en los perros.

Útero

– Piómetra: infección del útero, el cual que se llena de una secreción de pus que solo es frecuente en hembras no esterilizadas. Durante el celo, el cuello del útero queda abierto y expuesto a patógenos. Cuando el celo concluye, se inicia la fase de dioestro y el cuello del útero queda cerrado durante muchos días, creando un ambiente excelente para los ataques de los patógenos; incluso durante esta fase, también se disminuye el aporte de glóbulos blancos al útero, con lo que existe menos función defensiva. Como el útero parece estar gestante, no suele detectarse hasta que el cuello se vuelve a abrir, además se corre el riesgo de romperse dentro de la cavidad abdominal y causar problemas más graves. En cuanto se detecta, se suele operar a la hembra y dejarla totalmente limpia. Los síntomas son infección, fiebre, anorexia, vómito y diarreas.

Ovarios

Pueden existir tumores que es necesario extirpar y quistes que, dependiendo en qué fase se desarrollen, provoquen problemas hormonales. Si se presentan quistes foliculares, hay una secreción masiva de estrógenos y si el cuerpo lúteo no desaparece, se da un aporte extra de progesterona.

Distocias

Son partos dificultosos en algunas razas de perros como es el caso del chihuahuas o bulldogs; también en cruces de perras pequeñas con perros grandes. En cuanto se detectan dificultades en el parto, se programan cesáreas, aunque también el veterinario puede proceder a estimulación de la vagina. En gatos es menos frecuente.

Mamas

Lo más común es que se produzca un aumento mamario anómalo durante la pseudogestación (embarazo psicológico) o por problemas hormonales de progesterona, tanto en machos como en hembras.

Pueden darse neoplasias que originen:

– Adenomas (perra): en un 50% son malignos.

– Carcinomas (perras y gatas): en los que un 80% derivan en tumores malignos.

Suelen metastatizar hacia el pulmón por proximidad.


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